domingo, 23 de octubre de 2011

INFORME CONFIDENCIAL(GASTSS).

Hombres cubiertos de irritante hierro han arrasado,INFORME CONFIDENCIAL
saqueado nuestras casas.
No les bastaba con torturar a sus criadas
cortándoles orejas y narices.
Les daban inhumana muerte en las prisiones.
Hurtaban a muchachos y chinas de las rancherías
para venderlos en Valdivia como esclavos.
Como a caballos los hierran en el rostro
quemándolos con hierro candente.
Alboroto y ruido causó la muerte de Valdivia.
Condenado a un penosísimo tormento,
con oro molido le llenaron la boca
para que su vientre se hartase del gran apetito.
Perdido el miedo a caballos y arcabuses,
sabiendo que caerían con la pedrada y la flecha,
atrévense los bárbaros penetrando
a guerra dilatada, y las picas,
inacabable, sangrienta, inhumana y traicionera,
agenos a la razón y a la justicia,
impregnada por la codicia esclavizante,
contra gente que a ningún rey obedecen
ni por nadie que los haya sometido,
ateridos por fríos mortales, hambrunas y otros males.
Sólo la esclavitud de estos indios
puede suplir las"cortas pagas" y otros premios
para lod soldados.
Sólo así tendremos gente, caballos y comidas
para acabar la interminable guerra.
[http://.www.devasconesagustinis.procuradorgeneral.es]
juan de vascones, orden de San Agustín,
Procurador General.
Declárense "solariegos",
legítimos y naturales sucesores de los esclavos
y que no posean la tierra que trabajen
* http://www.fuerojuzgo.ley20,títulocuartolibroquinto.com

ENTRE METRÓPOLIS Y COMARCAS(GASTSS).

Quinientos millones de hombres disponían del verbo.
mil quinientos millones de indígenas transaban a préstamo las palabras.
había pequeños monarcas vendidos, entre parias y señores.

Fabricaron una élite diezmada de naturales.
Fueron seleccionando a los adolescentes en potencia.
Con hierro enrojecido se les marcó en la frente.

Mordazas sonoras les metieron en la boca.
Pastosos vocablos grandilocuentes se adherían a sus dientes.

En pasantías a la metrópoli se les falsificaba.
Ya nada tenían que decir sus hermanos de raza.

Era la edad de oro en el zenit, pero aquello se acabó de pronto.
Las bocas hablaron por sí mismas.
Voces cobrizas, amarillas, negras y mulatas saborearon humanismo.

Nos hicieron creer grecolatinos. Entonces nos convirtieron en monstruos.
Nos condena vuestro racismo. En sus propios gemidos se confunden...
conciencias infelices.

Nuestra ignorancia utilizaron, nuestra inexperiencia.
Nos llevaron a sus traiciones, a sus lujurias,
a sus avaricias, a sus crueldades.

Vinieron a pacificar nuestra comarca con las armas.
Vinieron a buscar títulos Reales.
Éramos el paraíso de las "mujeres malditas" que nos trajeron desde sus tierras
entre risotadas y obcenidades de la jerga marinera.

Surcaron así el océano tempestuoso.
Arribaron a una orilla lejana bajo el fuego y el acero.

Arreciaban ahora los toques de diana, el barro de la América morena,
el pan negro y remojado, la arrogancia de los capitanes,
la sangre derramándose como ríos salvajes.
Gangrenas malolientes y purulentas.

Los naturales de estas latitudes, - ¿no son acaso vuestros semejantes?
- ¿Qué contratos exigen por jornadas laborales de sol a sol?
(Según el Plan Laboral deben ser tratados como bestias).

¡¡¡Ustedes son los dioses del Olimpo!!!
Tu violencia extenuante de armaduras es deshumanizante.

Mis tradiciones comienzan a cejar. Mi cultura y mi lenguaje derivarán
en sepultura de traficantes.

Usan el látigo para saciar apetitos. Para los que se resisten, - ¡fuego más fuego!
Si ceden, se les degrada.
Cercenan las manos de los negros en el Congo.
Les horadan los labios en Angola.
Sientan al mapuche en una pica en América...
y le arrancan los miembros en Cuba y en Puerto Rico.

Nada es imposible para estos santos del viejo mundo.
Se les priva del derecho a nutrición.
Para ustedes indígena significa no ser ni hombre ni bestia.
Golpeado, desnutrido, enfermo y temeroso.

Aunque se nos domestique, aunque se nos enseñe la vergüenza,
el hambre y el dolor,
nuestra RABIA VOLCÁNICA asolará los valles
y nuestra descendencia, durante siglos,
les pedirá la cuenta.




Fueron seleccionando a los adolescentesgesandov@gmail.com

sábado, 27 de agosto de 2011

MANIFIESTO CERO.

Mi canto estuvo en el primer llanto,
al atraparme la atmósfera pestilente de este mundo.
Fueron el balbuceo y la sonoridad primigenia
al expresarme,las primeras claves
y códigos construidos.
Fue mi alegría y mi asombro tras haber
reunido las primeras letras.
Fue el abrazo furtivo
a la niña de siete de mis juegos.
No fue un revolcón adolescente
en una playa cualquiera.
Se forja en el niño descalzo que va
de la escuela al hospital diariamente.
Se forja cuando pléyades de infantes fueron
discriminados por segundo.
Se forja cuando miles de ellos son abusados
por ascendientes
o por quienes se refugian tras hábitos
seulares o religiosos.
Cuando reconocen tus deberes y derechos.
Cuando vas creando y recreando
este mundo sin censores sumergidos
ni emergentes,
con tus padres y maestros.

Mi canto se forja entre miles de contradicciones
que sostienen a esta torre de babel
entre narcisismo e indiferencia vital.
Mi canto tiene principios.
No tiene prejuicios ancestrales.
Se opone a que señores en celibato
aparente, o con fueros de cualquier especie,
nos controlen vía spots publicitarios.
Mi canto se opone a que terceros arrebaten
mi pareja, adictos o no al imperio romano.
Se opone a la complicidad del narcisismo maligno
diezmado por pecados de omisión.
Se enamora sin condiciones,
sin importar lo que creas,
lo que tengas o no tengas, ni tu origen.
Mi canto amará eternamente,
con o sin ley de divorcio,
en chileno, mapuche, aymara o quiché,
porque mi canto sabe que,
aun que pasen años luz, todo lo sufre en opresión,
todo lo cree sin imposición,
todo lo espera sin excepción y todo
lo soporta sin resignación.

MANIFIESTO PRIMERO.

Comenzó mi canto antes de los estertores del parto
de mi Madre.
Se estremeció entre los horrores genocidas
de la segunda guerra.

Salmones rosados de Nahuelbuta
desovando en sus postreros instantes
entre gélidos saltos del Cabrería...
me entregaron palabras y más palabras.

las huellas de los pumas sobre la nieve
me tornaron ansioso
y los altos araucarias me regalaron
miles de voces de choroyes,
mientras los carpinteros  gigantes y pequeños
perforaban la pulpa milenaria.

Llovieron vocablos tras vocablos
entre la tormenta,
en tanto mis padres tiraban cabalgaduras
cruzando raudos roqueríos del torrente.

Colgando de los ijares de las bestias,
angustiados, inventábamos
nuevas palabras.

Truenos y relámpagos se estrellaban
en el cenit, y el asombro
seguía abriendo miles
de ventanas.

Ya en la primavera valdiviana,
perdido entre hinojos y rozales,
conversé extasiado
con mariposas y caracoles.
Elevando sus tactivisuales, captaban
mis mensajes de vanguardia...
y sus tenues huellas plateadas dibujaban
sobre el rocío de los talos.

Innumerables voces y palabras oía confundiéndose
entre el ladrido lejano de los perros,
y la solemnidad de las campanas del crepúsculo.

En el húmedo subterráneo de la enorme casa
conocí el lenguaje multicolor
de duendes y candelillas,
entre rayitos de sol
que animaban la penumbra.
Nuestras yemas contaban cientos
de cantaritos dispersos en la tierra.
La aspereza vizcosa de los moluscos impregnaba
nuestras manos pequeñas y laboriosas.

Entre cantos campesinos y palabras
gorjeaban las ponedoras dentro
de unas góndolas atestadas de gente,
sofocada,
entre toses y panas de las máquinas,
llenas de chiquillos mareados.

Tras un trecho interminable de horas,
lo verdoso del Lago se adornaba con picachos
de nieve, elevados.
Ya en el Enco rompiendo las aguas,
nos balanceábamos.
Blanca y majestuosa se yergue la figura
del Choshuenco.

Lentamente ascendían la cordillera
de Los Andes los K-10 madereros de Neltume
y un enorme puente suspendido
descolgaba el Huilo-Huilo
sobre el profundo corte precipitado
de las aguas.

Todos los días la sierena del Golf llevaba
la cuenta de las horas.
Turnos y turnos se sucedían entre el ruido
incesante de la fábrica
y los niños, de vuelta de la escuela cruzaban
a diario, un alto bosque de hualles
cargados de digüeñes,
para completar, paulatinamente,
el registro permanente de palabras.

En el invierno, los pumas,
patios blancos, nevados
invadían,
y antiguos y yertos brazos vegetales
que al cielo clamaban,
rayos quebrándose...quemaban.

junto a canoas apellinadas, con o sin sol,
apaleaban nuestras madres
la ropa enjabonada
sobre un grueso tocón, enmudecido.

La inminente llegada de tormentas presagiaba
el eco de los golpes.
Estremercerse el aire
harían contra los vidrios...perdiéndose...
lentamente...allende los Andes...el eco
cordillerano de los truenos.














TE PRESENTO MOLINOD

     Mediante este blog -ARBOL DEL CONOCIMIENTO- MOLINOD, relacionado con MOLINO DE PIEDRA, en homenaje a los Abuelos Juan de la Cruz Sandoval y Celia Rosa Parra,  trataré de ir reconstruyendo mis pasos de vida desde estos lugares de la Cordillera de Nahuelbuta, Junta de las Aguas, Agua Santa, San Ramón y el Parque Nacional Nahuelbuta, lugares de la infancia, a los pies de los molinos de piedra-hidráulicos que construyera el Abuelo, siendo mi padre Luis Alberto un niño de 12 años, quien le acompañaba en sus jornadas. Son rincones cordilleranos donde cantan las aguas de los esteros, confundiéndose con los sones armónicos del chucao, una avecilla hiperkinética  de ágiles y nerviosos movimientos que se adueña de estos parajes del puma, del monito del monte, de la lechuza y la torcaza, del zorro culpeo y del chilote, del chirindango y de los choroyes que rompen el silencio con sus diálogos dicharacheros. Lugares de rituales iniciáticos de nuestros antepasados, que ocultan restos de seres prehistóricos, donde los altos araucarias cuentan la historia desde hace dos milenios o más. Lugares que inspiran al artista que llevamos dentro que no es otra cosa que el ansia incontenible de decirles a ustedes cuán hermosa es la vida en contacto con la naturaleza pura, cristalina, la que nos dice secretos al oído, la que nos enseña, la que nos quita temores y nos invita a aventurarnos de día y de noche, con sol o con nieve en sus hermosos parajes, donde el rugido y el salto de los pumas es el límite de la convivencia.